ESPONJA MENSTRUAL
A lo largo de la historia, las mujeres han utilizado paños, esponjas, grama, musgo, algas y otros materiales absorbentes para recoger el menstruo.
¿Por qué debería usarla?
¡Por tu salud!
La esponja menstrual no contiene dioxinas ni fibras sintéticas.
Existen investigaciones sobre los riegos para la salud asociados con el uso de tampones convencionales. Se relacionan con la presencia de dioxinas (generadas en el proceso de decoloración), el uso de rayón y otras fibras sintéticas muy absorbentes.
El contacto continuado con dioxinas y fibras artificiales se relaciona con enfermedades como: endometriosis, cáncer cervical, de ovarios y de mama, deficiencias del sistema inmunológico, inflamación pélvica, reducción de la fertilidad y Síndrome de Shock Tóxico.
En los hombres, pueden reducirse el número de espermatozoides por el contacto con fibras y residuos químicos artificiales que permanecen en la vagina.
¡Por el planeta!
Se ha calculado que, durante los años de menstruación, la mujer usa una media de 17 000 toallitas y tampones blanqueados que se tiran y, en no pocas ocasiones, van a parar a las aguas residuales. Al menos ya no contribuirías a la contaminación del planeta con productos sanitarios.
La esponja menstrual procede de un cultivo sostenible y es reutilizable durante más de un año.
¡Porque es cómoda y práctica!
La esponja menstrual es cómoda, se amolda a las paredes de la vagina. Es de textura suave (muchas mujeres ni siquiera la sienten). Es muy absorbente por naturaleza, y algunas mujeres la usan durante las relaciones sexuales. Es práctica y recomendable para actividades como nadar o hacer ejercicio; lo único que necesitas es agua para limpiarla.
¿Cómo se usa?
Inserción
Lávate bien las manos antes. Moja la esponja menstrual y escurre el exceso de agua. Apriétala con la mano hasta conseguir el tamaño deseado e introdúcela en la vagina de forma segura y cómoda. Si te sientes incómoda, sácala y recórtala hasta conseguir el tamaño deseado. Si la esponja menstrual está bien colocada, no debes sentir ninguna molestia.
Extracción
La esponja menstrual es suave y fácil de extraer; simplemente localízala y tira de ella con cuidado.
Coser un trozo de hilo de algodón a la esponja facilitará su extracción. Pero no olvides que la esponja menstrual es delicada y puede romperse si se tira muy fuerte del hilo.
Tu propio ciclo menstrual te indicará la frecuencia con que debes enjuagar la esponja; hazlo al menos una vez cada tres horas.
Como los tampones convencionales, la esponja menstrual puede gotear si está saturada, así que es aconsejable utilizar un protector diario durante los días más fuertes de menstruación.
Enjuaga tu esponja menstrual con agua y escurre hasta que no quede rastro de fluidos. ¡Reutilízala!
Es conveniente llevar una o dos esponjas de repuesto en una bolsita. Simplemente, guarda la esponja en la bolsita para lavarla más tarde cómodamente en casa.
Los jabones fuertes no son aconsejables para limpiar las esponjas porque dejan una película que interfiere con el pH natural de la vagina. Es preferible un jabón suave y natural. Limpia y deja secar las esponjas al final de tu ciclo menstrual y guárdalas en su bolsita en lugar fresco, limpio y seguro.
Uso y cuidado
Estas esponjas tienen la forma adecuada para ser utilizadas como tampón menstrual reutilizable.
1. Examinar y limpiar la esponja menstrual antes de usarla.
2. Humedecer y escurrir bien la esponja antes de introducirla.
3. Sacar la esponja cuando sea necesario, enjuagar con abundante agua y reutilizar.
4. Entre ciclos, es conveniente esterilizar en agua tibia con cualquiera de estos productos naturales: una cucharadita de vinagre de manzana diluida en agua, bicarbonato, agua oxigenada, dos gotas de aceite de árbol de té o plata coloidal.
Recomendaciones para otros usos
– Para tratar molestias vaginales (cándidas, picor, etc.)
Existen diversos fungicidas y antibióticos naturales. Podemos impregnar la esponja con aceite de neem, aceite de árbol de té (diluir 3 gotas en agua), bicarbonato, plata coloidal, ajo licuado, etc.
– Como método anticonceptivo, impregnando la esponja con un espermicida natural como el aceite de neem